Para muchos, la irrupción de forma visible de la inteligencia artificial (IA) en nuestro día a día fue a raíz del lanzamiento de ChatGPT. Pero como en todo lo que llega al público general, suele haber mucho más de lo que puede parecer a simple vista. Desde sus inicios en la década de 1950, la IA ha recorrido un largo camino. Inicialmente, los investigadores se centraron en resolver problemas matemáticos y lógicos. Hoy en día, la IA abarca desde algoritmos de aprendizaje automático hasta redes neuronales profundas.
Además, la IA entendida como la rama de la informática que se dedica a crear sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, está presente en muchos aspectos de nuestra vida diaria. En el sector de la salud, ayuda a diagnosticar enfermedades con mayor precisión. En las finanzas, optimiza las inversiones y detecta fraudes. En el transporte, impulsa el desarrollo de vehículos autónomos.
El artículo que presentamos en esta entrada es el resultado del trabajo realizado en colaboración, mediante convenio de prácticas, con Rafael Lefort Durany, estudiante de ingeniería de la Universidad Politècnica de Catalunya (UPC).
Para todos los interesados, el artículo completo se puede consultar en el siguiente enlace: ¿De qué hablamos cuando hablamos de IA?
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