Es frecuente que en el proyecto de las instalaciones de un edificio se tenga muy en cuenta el coste de la inversión inicial, incluyendo los materiales y su instalación, pero no se valore suficientemente el coste acumulado a lo largo de todo su ciclo de vida.
Costes directos: Los costes relativos a una puesta en marcha correcta, el consumo de energía, los costes de operación, el mantenimiento y la reparación de las averías a lo largo de la vida útil de la instalación, e incluso los costes de rehabilitación, renovación y desmantelamiento son siempre mucho más importantes que la inversión inicial.
Costes indirectos: Otros costes, normalmente más importantes que los costes directos, que deberían valorarse en un proyecto correcto son los posibles problemas ambientales o sanitarios, como los riesgos de proliferación de la legionella, las consecuencias económicas de los tiempos en que la instalación está fuera de servicio, o los posibles accidentes y responsabilidades.
Lo que más conviene siempre a la Propiedad que además explota la instalación, es la calidad del servicio y el conseguir que esta se pueda seguir utilizando durante el mayor tiempo posible, con el mínimo de paradas técnicas, sin nuevas inversiones y al menor coste posible a lo largo de su ciclo de vida.
En este documento nos centraremos en los sistemas de producción de las instalaciones centralizadas de ACS, por la gran importancia de los aspectos citados anteriormente, tanto en la calidad del servicio del sistema, en los aspectos sanitarios, así como en el consumo de energía y en el coste total a lo largo del ciclo de vida de la instalación.
Sigue leyendo en el siguiente enlace: Coste del ciclo de vida de los sistemas centralizados de producción de ACS
Autores: Adrián Gomila (Guldager Electrólisis) y Josep Ortí (TEST JG)