Jordi Montfort, Director de Consultoría de Facility Management de TEST JG, nos explica en este artículo su punto de vista sobre el BIM, sus herramientas de visualización y la gestión de la figura del Facility Management.
El BIM se define como un proceso colaborativo de generación y administración de una base de datos con una representación gráfica en 3D de una edificación. Es un método, no un entregable.
En este sentido, el futuro de la gestión del Facility Management (FM) no es el BIM o, mejor dicho, no solo es el BIM; sino que esta metodología será la base donde se “edificarán” otras herramientas y funcionalidades que ayudarán a la gestión del FM.
El FM es una disciplina básica para la actividad de la empresa, ya que respalda, apoya y hasta mima su core business. En términos generales, el FM tiene la responsabilidad de que “todo” funcione y lo haga bien durante la vida útil del inmueble. Al mismo tiempo, contempla la gestión de muchos ámbitos de actuación según la empresa (mantenimiento, limpieza, atención al personal, reserva de salas, gestión de activos, análisis de costes, proveedores, seguridad, reserva de vehículos, etc.).
En este sentido, y para controlar de manera efectiva sus responsabilidades, la gestión del Facility Manager requiere cada vez más de soluciones informáticas e información especializada en sus ámbitos. Por ejemplo, un software de gestión de servicios (mantenimiento, limpieza y seguridad), un sistema CAU (centro de atención al usuario), información y distribución del inmueble, planos, inventario de activos, características, fecha de instalación de equipos, vida útil, costes, recursos, proveedores, etc. Ahora bien, todas las herramientas informáticas, las cuales en muchos casos es necesario cruzar datos y que se comuniquen, tienen el deber de ayudar al gestor, no de complicarle la vida.
Es aquí, en esta necesidad, donde el BIM puede ser de ayuda, ya que, si se ha realizado correctamente, no solo se usará para una entrega en 3D para cumplir expediente, sino que el Facility Manager obtendrá, por ejemplo, la situación real de las instalaciones, patinejos, espesor de paramentos, características de activos, mediciones de conductos, tuberías, superficie de ventanas… Por todo ello podríamos definir el BIM como la primera semilla para obtener la herramienta definitiva para la gestión del FM.
No obstante, el BIM en sí no es una herramienta de uso fácil para la gestión del FM, ya que se necesitan conocimientos propios de la herramienta de modelaje (como, por ejemplo, el Revit) y práctica para abrir el modelo con todos sus vínculos. En cambio, si usamos un visualizador que lea y muestre en 3D la información de la base de datos del BIM… eso empieza a ser otra historia.
El visualizador BIM es la clave, un software donde se puedan conectar las diferentes herramientas que ya utiliza el FM con una representación 3D y con toda la información alimentada en el transcurso del diseño, la construcción y la instalación del inmueble.
Esta herramienta informática al alcance de la mano literalmente (un visualizador que funciona bajo entorno web accediendo a partir de una tableta) nos permite una representación fácil, entendible y manejable en 3D, acceso a toda la base de datos del BIM, conectarse con un software de gestión de FM para la realización de órdenes de trabajo, alimentar toda la potencia del IoT, comunicarse con el ERP, peticiones de reserva de sala, etc.
En conclusión, es la oportunidad para un cambio en el Facility Management. El FM pasará de trabajar como un pollo sin cabeza apagando fuegos, a disponer de mucha información interconectada que le permita centrarse rápidamente en todos sus ámbitos de gestión, avanzarse a los hechos, acotar costes con la gestión de predictivo y, en definitiva, poder decidir y actuar con todas las herramientas necesarias interconectadas. El Facility Manager empieza a tener la herramienta definitiva.